Día de la Mujer Boliviana es un homenaje a Adela Zamudio

El 11 de octubre fue establecido como Día de la Mujer Boliviana en homenaje al nacimiento de Adela Zamudio Ribero, quien fue escritora, maestra, poetisa y luchadora social por las mujeres bolivianas.

 

Adela Zamudio nació en Cochabamba el 11 de octubre de 1854, un día miércoles, "a la hora 4:45, poco antes de romper el alba, en su alojamiento de la casa quinta de Juan de la Cruz Torres y María de las Nieves Moscoso de Torres, destinada a convertirse cinco años más tarde en el monasterio de las Capuchinas", informa Augusto Guzmán en su "Biografía de una mujer ilustre".

 

En su valerosa defensa de los derechos de las mujeres de recibir esmerada educación, Adela Zamudio reclamó la necesidad de introducir el laicismo en los programas académicos nacionales, lanzando algunas propuestas audaces para su época, como la instauración del matrimonio civil, el derecho al divorcio y la separación de los poderes de la Iglesia Católica y del Estado. Impulsó la enseñanza gratuita y laica, denunció fuertemente el "primitivismo patriarcal" de la sociedad y la explotación y dominación imperante.

 

Adela Zamudio alentó con todos sus esfuerzos la formación del pensamiento feminista. Y bajo ese influjo, en 1921 apareció en Oruro el primer número de la revista "Feminiflor" dirigida y escrita por mujeres que fortalecían el ideal de la liberación femenina; y en 1923 se constituyó en La Paz la primera organización autónoma de mujeres que luchó por los derechos políticos, el Ateneo Femenino.

  

En 1926 apoyó públicamente la Ley de Divorcio, sancionada en 1932. Estuvo a la vanguardia por las reformas democráticas y exigió la separación de la Iglesia y el Estado. En este periodo se incorporaron las mujeres al movimiento sindical, con sindicatos propios y con la Federación Obrera Femenina.

 

Ese mismo año, el 28 de mayo, el pueblo de Cochabamba asiste a su coronación.  El acto fue apoteósico, tal como lo describió Gabriela Taborga: 

 

"...en la vereda norte de la Plaza 14 de Septiembre, se sacaron las rejas metálicas de los balcones de la Prefectura y se extendió un entablado cubierto de rojo alfombrado. (...). Con exageradas horas de anticipación la Plaza se repletó. Hubo toque de campanas, trombones y bandas; pero el regocijo no alcanzó el desnivel de las algazaras populares, porque así lo pidió y definió el criterio ascético y sobrio de la gran maestra".

 

Meses antes de aquel homenaje casi forzado, la maestra fue obligada a jubilarse de su cargo como Directora del Liceo de Niñas y Señoritas, el primer establecimiento educativo femenino fundado por ella durante los años mozos del régimen liberal.

 

Todavía ofendida, puso como condición intransigente para aceptar el acto adulatorio del gobierno de Siles que estén presentes allí todos los poetas posibles del país, y exigió sea especialmente invitado el vate paceño Juan Francisco Bedregal, a quién Adela misma mandó un telegrama urgente diciendo: "Han resuelto coronarme. Su presencia fortaleceráme en tan duro trance".

 

A la hora de la coronación, el poeta ingresó al Teatro Achá vistiendo una capa al estilo del príncipe de Kropotkín y exclamó con su sonora y aguardentosa voz esta célebre frase: "Vengo de capa a rendir homenaje a una mujer de espada".

  

Adela Zamudio murió dos años después, el 2 de junio de 1928 y dejó escrito su epitafio con estas palabras: "Vuelo a morar en ignorada estrella". No en vano le decían la Alondra Solitaria.

Escribir comentario

Comentarios: 0

PRENSA BOLIVIANA

TV en vivo

desde Bolivia