Bicentenario de Santa Cruz

Santa Cruz recuerda hoy el Bicentenario del accionar patriota del 24 de septiembre de 1810, cuando se amotinaron las milicias rebeldes, se destituyó al gobernador José Pimentel y se convocó a un cabildo abierto que creó la primera junta de Gobierno. El movimiento no fue aislado ya que estuvo influido fuertemente por la corriente revolucionaria desarrollada en Chuquisaca, el 25 de mayo de 1809, a la que le siguió la del 16 de julio en La Paz. Esto muestra que los habitantes cruceños, pese a la lejanía geográfica, se adscribieron desde un principio al proceso que en un futuro daría a luz a la nueva República. Otra muestra de esto fue el cabildo de febrero de 1825, cuando el pueblo cruceño eligió a sus representantes que viajaron a Charcas para apoyar el surgimiento de lo que sería Bolivia y participar en la Asamblea junto a otros diputados.

Ni la lejanía ni la desatención del poder central mermaron el anhelo de integrar el naciente país, más bien impulsaron la autodeterminación y el carácter de los cruceños para atender sus problemas. Precisamente esos aspectos han hecho de Santa Cruz el principal polo de desarrollo económico del país. Posee el 27,2 por ciento del PIB boliviano (datos del 2009) y en el primer semestre de este año exportó 717,05 millones de dólares, sobre todo en manufactura (soya y girasol, fundamentalmente), hidrocarburos y agroindustria. Además, la industria siderúrgica se perfila como el nuevo eje económico del departamento y Bolivia. El Mutún, en el sudeste, posee 40 millones de toneladas de hierro, la mayor reserva del mundo. Pero, Santa Cruz tiene otro tipo de industria: la belleza de sus mujeres.

El modelaje, los concursos y los reinados generan movimiento económico como en ningún otro departamento, coinciden especialistas consultados. No todo es color de rosa. La inseguridad, el caos vehicular, el desorden de los mercados y un deficiente drenaje pluvial son los principales problemas que soporta la capital cruceña.

El departamento de Pando primero fue considerado como Distrito de Oriente, luego como Territorio de Colonias del Noroeste hasta la Guerra del Chaco. Fue fundado por el Tcnl. Enrique Fernández Cornejo el 9 de febrero de 1906 a orillas del río Aquiri (hoy Acre), sobre la antigua localidad del puerto de Bahía, importante centro bélico en la infausta contienda del Acre.

Finalmente el 24 de septiembre de 1938, durante el gobierno del Tcnl. Germán Busch Becerra, el antiguo Territorio de Colonias mediante decreto supremo se incorporó a la vida nacional, creándose el nuevo departamento Pando con su capital Cobija, en homenaje al intrépido ingeniero paceño, presidente de Bolivia, José Manuel Pando Solares, explorador y defensor de esas ricas tierras.

El 11 de octubre de 1902 es la fecha cumbre para el pueblo pandino, que recuerda la batalla de Bahía, donde 85 patriotas que integraban la Columna Porvenir, en un acto heroico recuperaron de los invasores brasileños el puerto donde hoy se levanta orgullosa la bella ciudad de Cobija. Pando se encuentra inmerso en la selva amazónica, colindante con Brasil. El benjamín de los departamentos de Bolivia nació a la vida luego de cruentas luchas con el mencionado país, que culminaron en la Guerra del Acre, ocasionando la pérdida de un inmenso territorio boliviano de 490.430 Km2.

A fines del siglo pasado, Cobija, capital de Pando (antes Bahía), en la provincia Nicolás Suárez, conocida como la Perla del Acre, tuvo su auge como una pequeña ciudad cosmopolita. Este fenómeno se presentó por las noticias difundidas por todo el mundo sobre la existencia de una incalculable riqueza en estas tierras. Atraídos por la fascinante noticia y deseosos de conocer América del Sur, se trasladó hacia este centro gente que procedía de Italia, Inglaterra, Alemania, Turquía, naciones árabes, España, Perú, África, Brasil, Portugal, etc. Ellos fueron los “asentados” que llegaban a Puerto bahía, donde se conocía como único circulante la libra esterlina.

Su primera capital fue Puerto Rico. Pando está en la frontera, sometida a la influencia de Brasil y gran parte de sus riquezas naturales benefician al vecino país. Sus llanuras están cubiertas de inmensos bosques, donde se encuentra goma, castaña, maderas, ganado y otros valiosos recursos naturales siempre codiciados.

Tierra santa y fecunda, madre de selvas vírgenes llenas de frondosos árboles, allí el siringuero es el habitante de los llanos, y se pasean con paso tranquilo el puma, el jaguar y el tapir; en sus cielos se dibujan las siluetas de aves vestidas de vistosos plumajes, en sus aguas se pierden las curiosas tortugas, las enormes sicuris y caimanes. Por sus tierras surcan los anchos ríos Madre de Dios, Tahuamanu, Orthon, Acre, Abuná y Madera, donde se explota el oro sin control y navegan vapores, canoas, callapos, los que se confunden en la inmensidad de sus selvas, que encierran y cobijan un enorme conjunto de riqueza y belleza incomparable.

Esta bella región tiene un desarrollo incipiente, aprovechado no sólo por siringueros brasileños. Es lastimoso decirlo, pero no se ha integrado definitivamente al resto del país, por falta de vinculación vial y otros imponderables socio-económicos; ha tenido escasa participación, debido a la poca voluntad gubernamental; la ciudad está desatendida, sus provincias son pobres, abandonadas, sin adelantos. Los servicios de salud y educación son casi inexistentes, las fronteras están desguarnecidas.

Los cívicos preocupados exigen carreteras. Parlamentarios oficialistas dicen que Pando ya tiene Estatutos Autonómicos adecuados a la Constitución, pero es insuficiente, porque los pandinos quieren desarrollo. La presencia del Estado se deja esperar desde hace más de seis años. Pando también es Bolivia y merece atención.